lunes, 8 de diciembre de 2014

Rima LVII

Este armazón de huesos y pellejo
de pasear una cabeza loca
cansado se halla al fin, y no lo extraño;
pues, aunque es la verdad que no soy viejo,
de la parte de vida que me toca
en la vida del mundo, por mi daño
he hecho un uso tal, que juraría
que he condensado un siglo en cada día.
Así, aunque ahora muriera,
no podría decir que no he vivido;
que el sayo, al parecer nuevo por fuera,
conozco que por dentro ha envejecido.
Ha envejecido, sí, ¡pese a mi estrella!,
harto lo dice ya mi afán doliente;
que hay dolor que al pasar su horrible huella
graba en el corazón, si no en la frente.

Ha vivido tanto, que, aunque sea joven se siente viejo. Por dentro envejecido, por fuera aún joven porque ya ha vivido todo lo que tenía que vivir, independientemente de su edad. Ha aprovechado tanto la vida que ya no le queda nada por vivir. 

Fácil de entender y por una vez, aunque habla de la vida no pide morir, ha vivido todo lo vivido pero no desea la muerte. Me alegra leer un poema que no sea tan deprimente y me parece precioso. Aunque no creo que nunca puedas vivir todo hasta el punto de decir que ya no te queda nada por vivir pero si puedes aprovechar la vida para sentirte viejo cuando eres joven y aunque a mucha gente esa idea le parecerá horrible  ami me parece genial, haber vivido y aprovechado tanto la vida que sientas que eres una persona mayor que ya lo has pasado todo, porque si hay que morirse que te pille viviendo.

Se trata de una rima existencial.

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