domingo, 7 de diciembre de 2014

Rima XXXVII

Antes que tú me moriré: escondido
en las entrañas ya
el hierro llevo con que abrió tu mano
la ancha herida mortal.
Antes que tú me moriré: y mi espíritu,
en su empeño tenaz,
sentándose a las puertas de la muerte,
allí te esperará.
Con las horas los días, con los días
los años volarán,
y a aquella puerta llamarás al cabo...
¿Quién deja de llamar?
Entonces que tu culpa y tus despojos
la tierra guardará,
lavándote en las ondas de la muerte
como en otro Jordán.
Allí, donde el murmullo de la vida
temblando a morir va,
como la ola que a la playa viene
silenciosa a expirar.
Allí donde el sepulcro que se cierra
abre una eternidad...
¡Todo lo que los dos hemos callado
lo tenemos que hablar!

Le habla a una chica. Le dice que incluso si el muere antes que ella, al final, en la eternidad, estarán juntos, con todas sus miserias y con todo lo que pasaron y todo lo que les quedó por hablar, allí lo solucionarán.Le dice que ese es el final, puede huir siempre, pero allí acabarán los dos juntos, porque ese es el final de todos.

Me parece una idea realmente profunda y nunca me lo había planteado así, Bécquer le daba mil vueltas a la vida, encontraba el sentido más profundo de los problemas y quizás por eso es uno de los autores más conocidos. Sin embargo, el entendimiento de esta rima me ha resultado bastante complicado, el uso, excesivo en mi opinión, de hiperbaton y metáforas, la hace muy complicada de entender.

Se trata de una rima de amor.


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