domingo, 7 de diciembre de 2014

Rima XLIV

Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora!  No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora!  Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.

Le dice a la mujer que tiene enfrente que no se avergüence de sus sentimientos, que se desahogue, que llore, que todos lloran, hasta los hombres, aunque los tópicos digan que no. Que llore, nadie los ve. Habla de que un día lo quiso y probablemente estuvieron juntos, probablemente hable de una ruptura y él le dice que llore, que es normal, que él también llora, porque ya no se quieren.

La escritura del autor es bastante sencilla, excepto en pequeñas ocasiones donde se complica. Este es un ejemplo de sencillez, además se reitera en los tópicos del romanticismo. Desde mi punto de vista los románticos eran realmente deprimentes. Tenían una idea muy negativa del mundo, no sé como podían vivir así, siempre pensando en lo malo y en lo negativo de la vida con todas las cosas buenas que hay en ella. Sin embargo, en esta rima, aparte de algo triste también veo un toque de ternura, en como él autor se preocupa por la que era su amada, por esa persona que tiene enfrente y que él sabe que necesita llorar, porque él también está llorando, me parece algo realmente tierno.

Se trata de una rima de amor.

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